Era un día soleado, de esos días en los que llevas abrigo porque piensas que lloverá, en donde finalmente no llueve y por el contrario te acaloras al punto de querer quitarte todo; Corría a mi trabajo porque si llegaba tarde por tercera vez me enviaron a descargos y no podía permitirlo, cuando finalice mi horario laboral me fui hacia la universidad a terminar un trabajo antes de que iniciara la clase, puesto que cerraremos notas y sin ese trabajo podría perder la materia. Después de finalizar todo lo relacionado con la universidad me dirigí a la fiesta de cumpleaños de mi ahijada cuya temática es de dinosaurios, y a la cual lleva como regalo un gigante Triceratops acorde al tema de la misma, al llegar; dejo el dinosaurio al lado de ella ya que está dormida; en eso mi prima; la mama de mi ahijada, se da cuenta y me dice que quite el dinosaurio de allí, ya que al despertarse podría llegarse a asustar a la niña y lo terminará odiando; información a la que hago caso omiso y continuó en la reunión con mi familia, minutos después se escucha un fuerte llanto desde la habitación en la que se encontraba mi ahijada; a la cual se acerca corriendo la mamá de la niña, dura unos minutos dentro y luego sale con mi ahijada en brazos diciéndome que cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Autor: Juan Esteban Flórez Vela.
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Mirando fijamente a la reina Ana con su fuerte respirar y con su tenebrosa apariencia, pero haciéndola sentir segura y protegida. Ana sabía que estaba acompañada de un ágil reptil y quien le brindaba con lealtad, cuidar el lujoso palacio, el pueblo Monterroso, a sus habitantes y a los alrededores del pueblo. Era un tierno, pero a la vez carnívoro, voraz y peligroso Tiranosaurio Rex de cuantos han existido, que defendía con su fuego como bengalas y con sus garras, pues a quien se atrevía a molestar, era devorado; todo lo observaba detalladamente con sus grandes ojos y cuando visitaban el palacio, a el dinosaurio le gustaba enseñar sus afilados dientes como si estuviese sonriendo. Transcurría los días, las semanas y los años siendo el reptil más importante para Ana, pues ella siempre tenía en mente que en un abrir y cerrar de ojos, podría perder a ese dinosaurio que tanto amaba.
Autor: Yulieth Rocio Guzman Vega.
El dinosaurio se conoce como un reptil., uno de eso es el tiranosaurio, animal carnívoro con dientes afilados garras puntiagudas y ojos tenebrosos miradas agresivas con un gran tamaño de longitud que hace que los demás animales le tengan miedo con solo verlo, el cual les facilita la caza ya sea de manera individual o en grupo, es uno de los más veloces cuyo momento de atacar a su presa, es de manera desgarradora enterrando sus gruesos colmillos arrancando partes de carne saboreando su miedo en sus víctimas, mirándolas a sus ojos detenidamente concretando de que ya estén muertas. Al oscurecer la noche, de su largo sueño cuando despertó el dinosaurio todavía está allí.
Autor: Sergio Armando Devia Gonzáles.
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